Foto archivo
Caracas, 16 Dic. AVN.- Los Diablos
Danzantes de Naiguatá, en el estado Vargas, no bailarán en homenaje de
quien fuera su Diablo Mayor, Pablo Roberto Izaguirre López, quien
falleció a las 3:00 de la madrugada de este lunes.
Entre las últimas peticiones, de quien también fuera conocido como Robin, estaba que los danzantes no se vistieran ni bailaran para homenajearlo, explicó el presidente de la Cofradía, Kelvis Romero.
"Los diablos danzantes le rinden culto al Santísimo Sacramento, no son para homenajear a ningún muerto", le dijo a Kelvis y a otro cuatro devotos de su confianza.
El más longevo de los diablos de Naiguatá fue promesero de la Cofradía desde muy joven y, tras un accidente cerebrovascular (ACV) que sufrió hace 15 días, finalmente sucumbió a los 76 años.
Respetado por su sabiduría y conocimiento ancestral, el presidente de la Cofradía lo consideraba como un padre y un maestro. "Era la máxima autoridad y un gran profesor que nos ayudó a preservar esta devoción al Santísimo Sacramento".
Pablo Roberto era curandero y rezandero en su población y gran conversador. En su comunidad recuerdan las anécdotas que contaba como la de Kalala Cáceres, una chica que recibió un tiro en la cabeza, y al año de elevar una promesa al Santísimo, Kalala vomitó y botó la bala por la boca.
En la última celebración del día de Corpus Christi, luego de que Diablos Danzantes ingresaran a la lista de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, al Diablo Mayor de Naiguatá se le vio tranquilo, con su indumentaria de colores, su cinta con el tricolor nacional en la frente, su mandador, su gran máscara de cochino y un megáfono para orientar a los promeseros y danzantes.
"Agarraba un megáfono y generaba las órdenes para que el recorrido tuviera la disciplina correspondiente", recordó el presidente del Centro de la Diversidad Cultural, Benito Irady, quien destacó que Robin fue uno de los líderes esenciales que garantizó que permaneciera la manifestación.
"Fue un maestro, orientador e inspirador de las nuevas generaciones. Perdemos a uno de los más notables practicantes de esta devoción", dijo.
Las autoridades del Centro de la Diversidad Cultural estarán presentes en el velatorio y la imagen de Robin estará en el sitio donde reposarán sus restos.
Pablo Roberto Izaguirre López nació el 7 de junio de 1937 y danzaba desde el año 1954.
Desde este lunes se realizará el velatorio de quien fuera el Diablo Mayor de Naiguatá y este martes 17 de diciembre se le dará sepultura a sus restos en el Cementerio de Naiguatá.
Su gran aspiración, antes de morir, era que los Diablos de Naiguatá tuvieran su casa.
Entre las últimas peticiones, de quien también fuera conocido como Robin, estaba que los danzantes no se vistieran ni bailaran para homenajearlo, explicó el presidente de la Cofradía, Kelvis Romero.
"Los diablos danzantes le rinden culto al Santísimo Sacramento, no son para homenajear a ningún muerto", le dijo a Kelvis y a otro cuatro devotos de su confianza.
El más longevo de los diablos de Naiguatá fue promesero de la Cofradía desde muy joven y, tras un accidente cerebrovascular (ACV) que sufrió hace 15 días, finalmente sucumbió a los 76 años.
Respetado por su sabiduría y conocimiento ancestral, el presidente de la Cofradía lo consideraba como un padre y un maestro. "Era la máxima autoridad y un gran profesor que nos ayudó a preservar esta devoción al Santísimo Sacramento".
Pablo Roberto era curandero y rezandero en su población y gran conversador. En su comunidad recuerdan las anécdotas que contaba como la de Kalala Cáceres, una chica que recibió un tiro en la cabeza, y al año de elevar una promesa al Santísimo, Kalala vomitó y botó la bala por la boca.
En la última celebración del día de Corpus Christi, luego de que Diablos Danzantes ingresaran a la lista de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, al Diablo Mayor de Naiguatá se le vio tranquilo, con su indumentaria de colores, su cinta con el tricolor nacional en la frente, su mandador, su gran máscara de cochino y un megáfono para orientar a los promeseros y danzantes.
"Agarraba un megáfono y generaba las órdenes para que el recorrido tuviera la disciplina correspondiente", recordó el presidente del Centro de la Diversidad Cultural, Benito Irady, quien destacó que Robin fue uno de los líderes esenciales que garantizó que permaneciera la manifestación.
"Fue un maestro, orientador e inspirador de las nuevas generaciones. Perdemos a uno de los más notables practicantes de esta devoción", dijo.
Las autoridades del Centro de la Diversidad Cultural estarán presentes en el velatorio y la imagen de Robin estará en el sitio donde reposarán sus restos.
Pablo Roberto Izaguirre López nació el 7 de junio de 1937 y danzaba desde el año 1954.
Desde este lunes se realizará el velatorio de quien fuera el Diablo Mayor de Naiguatá y este martes 17 de diciembre se le dará sepultura a sus restos en el Cementerio de Naiguatá.
Su gran aspiración, antes de morir, era que los Diablos de Naiguatá tuvieran su casa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario