Valencia, 29 Mar. AVN.- Desde el 12 de
febrero, las autoridades rectorales de la Universidad de Carabobo
mantuvieron sin clases a más de 60.000 estudiantes de esa casa de
estudios. Después de 32 días sin actividades, para este lunes 31 de
marzo, los rectores decidieron reanudar las clases pero de forma
condicionada: los profesores no podrán hacer evaluaciones ni pasar
asistencia.
La decisión del paro fue tomada en su momento "en solidaridad con las voces que se levantan todos los días legítimamente para reclamar sus derechos constitucionales", según declaró el pasado 20 de febrero a la prensa regional la rectora de esa casa de estudios, Jessy Divo.
Las "voces que se levantan todos los días", como lo explicó la rectora Divo, eran las guarimbas convertidas en reductos violentos, que le sirven a la ultraderecha como escenarios de vandalismo, acciones fascistas y asesinatos.
Hasta este martes 25 de marzo, la violencia desatada por estos reductos desde el 12 de febrero pasado ha cobrado la vida de 36 personas, 21 de ellas víctimas directas del accionar de grupos utilizados por la ultraderecha, cuyos ataques incluyen desde colocar guayas para degollar motorizados, quemar parques nacionales, hasta tiros de gracia a quienes intentan liberar vías bloqueadas.
Hasta la fecha quedaban pequeños intentos intermitentes de focos violentos en sectores muy reducidos del país, sobre todo donde habita la clase media alta. En Carabobo, en el municipio San Diego era la única zona que estaba bloqueada por escombros, árboles y basura, pero ya las vías fueron liberadas de la violencia y vandalismo por la acción de funcionarios policiales y miembros de la misma comunidad afectada.
Para el profesor de la Facultad de Ciencias Económicas y coordinador del Doctorado de Ciencias Sociales de la UC, Jesús Puerta, las autoridades usan la universidad como instrumento político, no para protestar legítimamente, sino para desetabilizar al Gobierno de Nicolás Maduro, elegido por la mayoría del pueblo.
Recordó que cuando acudió a la asamblea del Consejo Universitario (CU), realizada en lunes pasado, presenció intervenciones de autoridades y profesores completamente carentes de sensatez.
"Hubo intervenciones que más bien parecía una asamblea de militantes contra el gobierno, proponían tumbar el gobierno, cambiar el sistema, hablaban de las actividades universitarias como si se tratara de una actividad que permitiría subvertir el orden", reveló.
Señaló que ese grupo radical dentro del Consejo Universitario, que juega a pretender a tumbar al gobierno, está encabezado por el secretario de la universidad, Pablo Aure, quien junto al decano de Ciencias de la Salud, José Corado, y el vicerrector académico Ulises Rojas, fueron tres de los cuatro votos que decidieron mantener la universidad en las sombras.
Explicó que en ese CU se acordó reanudar las actividades administrativas "entiendo que es el pago salarios, lo que me parece vergonzoso porque se les está pagando a los profesores sin dar clases".
Puerto señaló que "poco a poco la universidad está llegando a un punto de sensatez porque los radicales ya están reduciendo su poderío, en este CU se vieron reducidos a cuatro votos que representan convertir en la universidad en un instrumento subversivo contra la constitución, contra el gobierno legítimamente constituido".
Ante la decisión rectoral de suspender clases, estudiantes y profesores de esta casa de estudios decidieron introducir un recurso de amparo ante los tribunales competentes para que se cumpla con el derecho a la educación, informó el profesor de la facultad de Educación de esta alma mater, Gustavo Fernández.
El docente universitario dijo que "las autoridades de la UC están plegadas a una supuesta agenda estudiantil que no es otra cosa que el plan desestabilizador contra el gobierno de Nicolás Maduro y que está utilizando como fachada a los grupos estudiantiles de la derecha".
Tras el anuncio de la demanda, los rectores decidieron reanudar clases a partir del próximo lunes.
La decisión del paro fue tomada en su momento "en solidaridad con las voces que se levantan todos los días legítimamente para reclamar sus derechos constitucionales", según declaró el pasado 20 de febrero a la prensa regional la rectora de esa casa de estudios, Jessy Divo.
Las "voces que se levantan todos los días", como lo explicó la rectora Divo, eran las guarimbas convertidas en reductos violentos, que le sirven a la ultraderecha como escenarios de vandalismo, acciones fascistas y asesinatos.
Hasta este martes 25 de marzo, la violencia desatada por estos reductos desde el 12 de febrero pasado ha cobrado la vida de 36 personas, 21 de ellas víctimas directas del accionar de grupos utilizados por la ultraderecha, cuyos ataques incluyen desde colocar guayas para degollar motorizados, quemar parques nacionales, hasta tiros de gracia a quienes intentan liberar vías bloqueadas.
Hasta la fecha quedaban pequeños intentos intermitentes de focos violentos en sectores muy reducidos del país, sobre todo donde habita la clase media alta. En Carabobo, en el municipio San Diego era la única zona que estaba bloqueada por escombros, árboles y basura, pero ya las vías fueron liberadas de la violencia y vandalismo por la acción de funcionarios policiales y miembros de la misma comunidad afectada.
Para el profesor de la Facultad de Ciencias Económicas y coordinador del Doctorado de Ciencias Sociales de la UC, Jesús Puerta, las autoridades usan la universidad como instrumento político, no para protestar legítimamente, sino para desetabilizar al Gobierno de Nicolás Maduro, elegido por la mayoría del pueblo.
Recordó que cuando acudió a la asamblea del Consejo Universitario (CU), realizada en lunes pasado, presenció intervenciones de autoridades y profesores completamente carentes de sensatez.
"Hubo intervenciones que más bien parecía una asamblea de militantes contra el gobierno, proponían tumbar el gobierno, cambiar el sistema, hablaban de las actividades universitarias como si se tratara de una actividad que permitiría subvertir el orden", reveló.
Señaló que ese grupo radical dentro del Consejo Universitario, que juega a pretender a tumbar al gobierno, está encabezado por el secretario de la universidad, Pablo Aure, quien junto al decano de Ciencias de la Salud, José Corado, y el vicerrector académico Ulises Rojas, fueron tres de los cuatro votos que decidieron mantener la universidad en las sombras.
Explicó que en ese CU se acordó reanudar las actividades administrativas "entiendo que es el pago salarios, lo que me parece vergonzoso porque se les está pagando a los profesores sin dar clases".
Puerto señaló que "poco a poco la universidad está llegando a un punto de sensatez porque los radicales ya están reduciendo su poderío, en este CU se vieron reducidos a cuatro votos que representan convertir en la universidad en un instrumento subversivo contra la constitución, contra el gobierno legítimamente constituido".
Ante la decisión rectoral de suspender clases, estudiantes y profesores de esta casa de estudios decidieron introducir un recurso de amparo ante los tribunales competentes para que se cumpla con el derecho a la educación, informó el profesor de la facultad de Educación de esta alma mater, Gustavo Fernández.
El docente universitario dijo que "las autoridades de la UC están plegadas a una supuesta agenda estudiantil que no es otra cosa que el plan desestabilizador contra el gobierno de Nicolás Maduro y que está utilizando como fachada a los grupos estudiantiles de la derecha".
Tras el anuncio de la demanda, los rectores decidieron reanudar clases a partir del próximo lunes.
AVN
29/03/2014 20:21
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