La maquinaria de la propaganda siempre es más divertida cuando se adapta a las necesidades de la televisión. Por un lado, necesitas a los congresistas republicanos con sus esfuerzos infrahumanos para mantener el atractivo de la marca ‘War on Terror’. Denuncian que Hizbolá tiene implantada en EEUU una red terrorista formada por centenares de terroristas. El hecho de que lleven allí años sin cometer atentados demuestra al menos que deben de ser los terroristas más vagos y perezosos de la historia. Quizá estén todos en Disneylandia matando el tiempo. Y que las fuerzas de seguridad norteamericanas no se enteran de nada.
Resulta también curioso que el congresista Peter King diga que es conveniente dar por hecho que los 84 diplomáticos iraníes en la ONU son espías. Y luego nos quejamos cuando gobiernos enemigos de EEUU dicen que todos sus diplomáticos en determinada embajada son precisamente eso, espías.
Luego llega la CNN. Los centenares de terroristas se convierten “quizá” en miles. Y las imágenes de Líbano permiten que el espectador se pregunte en su casa: ¿podrían hacer eso en Ohio? ¿Así, vestidos de negro y deslizándose por cuerdas? ¡Todos al refugio a ver ‘Amanecer rojo’ en el DVD!
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