sábado, 28 de enero de 2012

La trampa de Megaupload

La trampa de Megaupload:


Adiós al modelo de negocio de Megaupload. Las grúas se llevan los coches de los dueños de la compañía más odiada por la industria cultural, el Gran Satán de la descarga de contenidos culturales. Con tales dimensiones (los acusados generaron ingresos de 175 millones de dólares con 150 millones de usuarios registrados, según el FBI), no es raro que la empresa hubiera adquirido tal carácter de tótem.


Es curioso que tanta gente diga que es el comienzo de una guerra sin cuartel. Será porque en las guerras, al enemigo ni agua.


En la industria cultural, lo ven como un triunfo sin precedentes. Ahora sí se acabará con las descargas porque se trata sólo de soltar a la policía (lo que podríamos llamar la doctrina Víctor Manuel). Esto se soluciona metiendo a gente en la trena, consecuencia obvia de la idea esas viejas campañas que comparaban la piratería con el robo de coches, media en la cabeza y palanca en la mano. La comicidad involuntaria es a veces más divertida que la forma profesional de hacer reír.


En el otro lado, muchos –no todos, claro– de los que se han opuesto con argumentos de peso a los estados de excepción legalizados (Ley Sinde, SOPA…), no esconden que están dolidos, aunque sólo sea por ver tan satisfechos a los jerarcas culturales. Y no lo entiendo. Megaupload no tiene nada que ver con el uso libre de Internet y el rechazo a la mentalidad autoritaria que pretende controlar la red. Es una empresa privada cuyo modelo de negocio era obtener ingresos a cambio de contenidos culturales que no eran de su propiedad. ¿Ánimo de lucro? Sólo el imprescindible para tener un helicóptero privado.


Hay que recordar por si es necesario, y suele serlo, que los datos que aparecen en los comunicados del FBI y del Departamento de Justicia y el visto bueno del gran jurado de Virginia forman la acusación que deberá ser presentada ante un tribunal. Por extraño que parezca a algunas personas, la policía a veces se equivoca o se extralimita. Nada está probado hasta que un tribunal emita sentencia.


Probablemente, no haya un nuevo Megaupload, una empresa que adquiera tales dimensiones. Pero hay muchos servicios más pequeños que prestan un servicio similar. Y está el P2P, que no tiene nada que ver con facturar decenas de millones al año. Volverá con toda su fuerza y la industria querrá otra vez apostar toda su estrategia a ir contra los usuarios, algo a lo que no ha renunciado pero que en muchos países, también en España, se ha terminado por ver como una táctica fracasada.


La operación del FBI no es una victoria del mal ni la de ningún Estado policial. Me parece de una ceguera increíble sostener que el cierre de Megaupload es una victoria de los defensores de la SOPA y la PIPA en EEUU. Los ciudadanos y organizaciones que se han opuesto a estas leyes no lo han hecho para poder ver gratis ‘Transformers 3′ en el ordenador.


De hecho, la redada demuestra que la ley ya permite a la policía ir contra los que vulneran los derechos de autor con la intención de lucrarse. No existe la necesidad de violentar derechos fundamentales con legislaciones en las que el control judicial prácticamente desaparece, y es un órgano administrativo nombrado por el Gobierno el que toma decisiones sobre lo que debe o no aparecer en la red.


Por tanto, las últimas 24 horas han sido en realidad un gran triunfo para Internet. Por el cierre de Megaupload y por este titular: “SOPA and PIPA dead – for now”.

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